DÍA TERCERO
Por la señal de la Santa Cruz…
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, por ser vos quien sois me pesa de haberos ofendido, y propongo firmemente la enmienda y nunca más pecar; y espero que, por vuestro infinito amor, me daréis la gracia para que así lo haga.
Amén.
Oración para todos los días
¡Jesús Nazareno, divino Redentor!
Postrado a tus pies, venero tu pasión y esa tu imagen, y te doy gracias por haber permitido que te atasen las manos para llevarte al sacrificio; que te coronasen de espinas, ofreciéndonos de tus heridas fuentes inagotables de consuelo; y que, después de haber sido flagelado y despreciado por tu pueblo, te cargaran la cruz a cuestas y te condujesen al suplicio. Por estas penas y dolores, te ruego, Señor, me concedas una fe viva para reconocerte como mi Dios, una esperanza firme, apoyada sólo en ti, y una caridad verdadera, con que te ame sobre todas las cosas, y ame a mis prójimos, viéndote en ellos a ti. Te lo pido, Señor, Jesús, que vives y reinas von el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
Lectura del Evangelio según S.Mateo (Mt 26, 69-75)
<<Pedro estaba sentado fuera, en el patio. Se le acercó una criada y le dijo:
Tú también estabas con Jesús el galileo. Él lo negó delante de todos: -No sé lo que dices. Salió al portal, lo vio otra criada y dijo a los que estaban allí: -Este estaba con Jesús el Nazareno. De nuevo lo negó, jurando que no conocía a aquel hombre. Al poco tiempo, se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: -Realmente tú eres uno de ellos: el acento te delata. Entonces empezó a echarse maldiciones y a jurar que no lo conocía. Al punto, cantó el gallo, y Pedro recordó lo que había dicho Jesús: antes de que cante el gallo, me habrás negado tres veces. Y, saliendo afuera, lloró amargamente>>.
Palabra de Dios
Oración para el día 3º
¡Jesús Nazareno, que al ser detenido pediste a los soldados que dejasen libres a tus discípulos, asumiendo para ti las penas e injurias, y para los tuyos el remedio y la salvación! Por tu misericordia y por el perdón que has dispensado incluso a Pedro, que negó conocerte, no permitas que mi codicia ate las manos de tu misericordia, antes bien, que, desprendido de lo terreno, logre mantenerme en tu gracia, concediéndome lo que te pido en esta novena, si conviene para gloria tuya y salvación de mi alma. Amén.
Petición, jaculatorias y padrenuestros
_ Hágase la petición que se desee alcanzar.
_ Dígase ahora tres veces: Dulcísimo Jesús de mi vida, contra ti pequé, ten piedad y misericordia de mí.
_ Récese un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Oración final
Amado Jesús, que quisiste entregarte por mí, enseñándome con este ejemplo a dominar mis sentidos, para amarte más y servirte mejor. Te ruego que, si hasta aquí no te he agradecido suficientemente los beneficios que me has hecho, muevas mi corazón al arrepentimiento y perdones mis pecados, por tu divina gracia, alcance una buena muerte y sea feliz por siempre contigo en la gloria celestial. Amén.